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6 de mayo de 2017

Misa

El valor de la persona. La cuna de nuestra cultura, de nuestro ser, proviene del cristianismo. La igualdad, el respeto mutuo y la solidaridad consisten en la base del cristianismo, unos valores que eran respetados y cumplidos.

Pero, ¿están desapareciendo estos valores? ¿Es que estamos cambiando? ¿El amor y la preocupación al prójimo se ha convertido en la preocupación y en la búsqueda del bien individual?

Hablamos sobre todo del tema de ISIS y los yihaditas. La capacidad de arrebatar la vida a alguien es algo que, lamentablemente, está sucediendo en la actualidad. Parece que los valores que hicieron que la población mundial evolucionara, estos principios que nos inculca el cristianismo se están perdiendo, pues parece que la igualdad y el respeto están desapareciendo, y está emergiendo la desigualdad, el bien individual y en desconsideración hacia el prójimo.  

Puede que sea el miedo, miedo hacia el cambio, lo que que permite que esta situación perdure en el tiempo. Sin embargo, Jesús nos ha enseñado que lo más bonito del mundo es dedicarse a lo demás, a los que menos tienen. 

Se dice que los cristianos son como la sal, algo que en un comienzo puede quedar desapercibido, pues la sal se disuelve, pero que es imprescindible, ya que el cristianismo da "sabor" a la vida, porque se entregan a los demás, buscan el bien común, la igualdad y la solidaridad, unos valores que sirven para poder crear una sociedad mejor y para lograr una mejor calidad de vida entre los ciudadanos del mundo. 


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