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19 de enero de 2016

Misa

Esta mañana hemos celebrado la eucaristía con el Padre Enrique. La capilla se estaba reformando, pero por fortuna hemos podido escuchar misa en nuestra clase.




Hoy, el Padre Enrique nos ha hablado del bautismo. 

El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado original y regenerados como hijos de Dios.


El bautismo por inmersión era la forma primitiva generalizada, y pervive en la etimología de la propia palabra bautismo. La inmersión en agua se practicaba para la purificación legal. Juan el Bautista asumió este rito y, sumergiendo a Jesús en las aguas del Jordán. 

Juan Bautista decía que no tenía el honor ni de desatarle las sandalias a Jesús.








Reflexión:
El Bautismo no es el sacramento más importante, pues todos son igual de fundamentales, pero sí que es el sacramento que te abre las puertas al cristianismo, a la palabra de Dios.

Se bautiza a bebés recién nacidos, con unos pocos meses de vida, y son los padres los que toman esta decisión por los hijos. Desde ese momento, estos niños y niñas reciben una educación y unos valores en torno al cristianismo. Gracias al bautismo, somos liberados del pecado original y somos introducidos a la ley de Dios.

Pero la Confirmación es el sacramento en el que ya se es mayor de edad para escoger si quieres seguir por el camino de Dios. Ya no elige nadie por ti, sino que es tu opinión. Es una decisión muy importante porque si escoges Confirmarte, te estás comprometiendo a seguir la palabra de Dios. Se puede decir que en la Confirmación se pone en práctica todo lo aprendido desde el momento de Bautismo.

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