Tales persecuciones tienen o tuvieron varios grados de intensidad, desde el arresto sin garantías, la mengua de derechos públicos, el encarcelamiento, el azotamiento y la tortura, hasta la ejecución, llamada martirio.
Pero los romanos tenían unos motivos que impulsaron esta persecución:
Motivos religiosos
Motivos militares
Motivos económicos
Orden social
Los cristianos, perseguidos por los romanos, se escondieron en las catacumbas. Para indicar que en una casa vivían cristianos, ponían unas señales, que no eran captadas por los romanos. Eran peces y barcas, pues los cristianos eran pescadores.
Reflexión:
Hoy en día la libertad de expresión y la igualdad son cosas comunes en la Tierra, pero esto no ha sido siempre así. Antiguamente, tenías que creer en lo que los demás creían, y tenías que hacer lo que los demás te decían.
Pero Jesús cambió todo esto, aunque tuvo consecuencias. Sus discípulos fueron perseguidos por los romanos. Legaron a punto que hasta eran asesinados por su fe.
Pero no se dieron por vencido y siguieron hacia delante, y con la ayuda de Jesús, y sin miedo a la muerte, continuaron predicando la palabra de Dios.
Pero ¿y tú? ¿Tú fe en Dios es tan grande como para ser perseguido, como los discípulos, o te esconderías dejando tus creencias a parte?
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