Meditación...

Esta meditación me ha parecido las más difícil de todas. Las preguntas que nos hacía el profesor, las ordenes y consejos que nos daba mientras nosotros estábamos tumbados, con los ojos cerrados, me hicieron reflexionar de una manera muy profunda. 

¿Con quién estoy enfadado? ¿A quien guardo rencor? Preguntas que no supe contestar, pues, cuando pensaba, se me venía a la mente mi imagen. No es que yo estuviera enfadado conmigo, sino que me vinieron a mente aquellas cosas que no he hecho, aquellas cosas que no he querido hacer porque "estoy muy cansado" o porque "no me apetecía" o incluso porque pensaba "lo haré luego.

Después, nos hizo pensar sobre Jesús. Esa fue mi parte favorita pues, aunque no estuviera enfadado con nadie, me hizo reflexionar sobre su bondad y su misericordia.