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17 de diciembre de 2015

Los monasterios

La vida monástica para los cristianos empezó poco tiempo después de la muerte de Jesús. Los primeros cristianos compartían sus posesiones y llevaban una vida de entrega a Dios.
Un monasterio es un edificio donde habita uno o varios monjes. Los monasterios
cristianos son también llamados abadías.

              

















En el siglo III, san Antonio reflexionó sobre las palabras de Jesús: "Ve, vende todo lo que posees y dáselo a los pobres". Entonces él y sus seguidores abandonaron todas sus posesiones y marcharon al desierto de Egipto.

Inicialmente vivieron solos, pero poco tiempo después decidieron unirse y habitar en cuevas o chozas construidas por ellos mismos, sencillas pero suficientes como para hacer su vida de oración en comunidad.

En un monasterio, los monjes son autosuficientes, donde no dependen de nadie para sobrevivir.

Como dijo San Benito: "Ora et labora", que significa reza y trabaja .

El monasterio de Silos:
El Monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía ubicada en la parte oriental de un pequeño valle, perteneciente al municipio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, comunidad autónoma de Castilla y León.



Reflexión:

A veces nos quejamos de cosas como: No funciona la televisión, no hay nuestra comida favorita, no queremos comernos la verduras ... Pero no nos damos cuenta de todo lo que tenemos, de todas las cosas que a nosotros nos sobran, pero otros matarían por tener.

Por eso, al ver como es la vida en un monasterio, deberíamos plantearnos y reflexionar de todas las comodidades que poseemos.

Un día tras otro, los monjes realizan todas sus tareas y deberes, sin quejarse ni protestar, teniendo como ayuda su intelecto y sus habilidades. Estos lo dejaron todo por seguir a Jesucristo, sus casas, sus coches, su familia... Pero ahora tienen una nueva familia, alejada de todas la inquietudes de la ciudad, donde se vive por y para Dios.

Por esto, deberíamos dar gracias por todo lo que tenemos, valorando todo lo que poseemos, no sólo los bienes materiales, sino también agradecer a Dios por nuestra familia, nuestros amigos...

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